Núm. 57 (2024): XXX años de la erupción del Popocatépetl, de investigación y acción, de memoria viva, del CUPREDER
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A 30 años de la creación del CUPREDER

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Publicado 2024-12-19

Palabras clave

  • Culto a los volcanes,
  • tradiciones,
  • rituales

Resumen

El actual culto a los volcanes, hoy lo sabemos, proviene de una tradición milenaria. Voy a re­ferirme de manera extremada­mente breve a los importantes cambios que estos rituales han ex­perimentado en los últimos años, sobre todo en el estado de Puebla. Resulta interesante por la gran co­bertura que han tenido durante los últimos años en los medios de co­municación masiva. Primero, des­de que dimos a conocer el nombre de Gregorio Popocatépetl, hace ya 35 años, en un reportaje para La Jornada, pero, sobre todo, después de 1994 en los medios electróni­cos, y más tarde en los digitales también, cuando el volcán inició la actividad fumarólica que continúa esporádicamente hasta la fecha.

En el proyecto denominado Tetim­pa, las arqueólogas Gabriela Uru­ñuela y Patricia Plunket hicieron excavaciones en un sitio cercano a Nealtican y pusieron al descu­bierto una aldea agrícola del siglo I, sepultada bajo dos o más me­tros de material piroclástico arro­jado por el volcán Popocatépetl. En patios domésticos, utilizados también ritualmente, encontraron una maqueta elaborada con arci­lla con la figura de dos pequeños volcanes orientados hacia la Sierra Nevada, es decir, hacia el Ponien­te, con la particularidad de que tenían chimeneas en las que se ha­cía humear resina de copal. Es de suponer que se trataba de un acto de magia imitativa realizado en un ritual comunitario con el propósito de controlar la erupción que tenían ante sí aquellos agricultores.