Publicado 2024-12-19
Palabras clave
- Volcán Popocatépetl,
- historicidad,
- lucha de poder
Resumen
Cuando el volcán Popocatépetl explotó ante nuestros ojos asombrados e incrédulos, el 21 de diciembre de 1994, todo lo que los geocientíficos sabían, o no, y todo lo que podían hacer los habitantes de la región cercana, como ciudadanos o autoridades, confluyó en múltiples discursos y narrativas que, como sociedad, pusimos en común1. Estamos hablando, a la distancia de 30 años, de otra época, muy distinta, en la que prevalecían, en la mediación formal, estas herramientas de comunicación de masas, entonces omnipresentes: televisión, radio, prensa.
De acuerdo con Jesús Martín Barbero, cuando nos referimos al discurso como ejercicio de poder es porque en él se contienen materia y trabajo, no solo signos o señales. El discurso es una práctica, y para comprenderlo es preciso reconocer su historicidad. El discurso es lugar de una lucha específica por el poder, y eso forma parte de sus condiciones de producción y de circulación. Por lo tanto, no es neutro, ni objetivo; esto aplica para la producción discursiva en los medios de masas, incluyendo noticiarios. Son los sujetos sociales quienes formulan los discursos aportando las pulsiones de deseo, lo simbólico contenido en las matrices culturales.