Visitantes florales: La delgada línea entre ser amigos o enemigos de las plantas

Resumen

Dentro de la amplia gama de interacciones que existe entre organismos en el planeta (por ejemplo, la depredación, el parasitis­mo, la competencia), podemos encontrar una que presenta demasiada importancia, ¿te imagi­nas cuál es? Se trata de aquella que se presenta entre las flores y sus visitantes florales. Para po­der explicarte sobre esta extraordinaria interac­ción entre animales y las flores, partamos de una breve definición de “visitante floral”. Un visitante floral es todo aquel animal que estrictamente se posa sobre cualquier parte de la flor. Es decir, so­bre sus pétalos (o tépalos), estigma, estilo, ante­ras, estambres, sépalos o cáliz; sin importar cuál será el uso que este animal le dará a la flor en cuestión al momento de su visita.

Entonces, ¿cuál es el dilema de la presente his­toria? Pues resulta que dentro de toda la varie­dad de animales que llegan a visitar una flor (por ejemplo, escarabajos, arañas, hormigas, chapu­lines, murciélagos, colibríes, lagartijas), a todos ellos los podemos agrupar o clasificar en dos ca­tegorías dependiendo de las actividades que es­tén realizando en la flor. El primer grupo es el de los visitantes mutualistas (que son aquellos ani­males que presentan un beneficio mutuo con la planta al visitar la flor) y los visitantes antagonis­tas (es decir, aquellas donde alguno de los dos organismos que interactúan resulta perjudicado).