Publicado 2024-06-20
Palabras clave
- Baterías,
- Litio,
- Rayos X
Resumen
Hoy en día, las baterías de iones de litio proveen una fuente de poder portátil a nuestras herramientas de productividad (teléfonos y laptops), a nuestros dispositivos de esparcimiento (parlantes y auriculares), a nuestros electrodomésticos (taladros y cortadoras de césped) e incluso a nuestros vehículos (autos, autobuses, bicicletas y barcos). Esta gran cantidad de usos, combinado con la facilidad de adquirir baterías a través del internet y con legislación que apoya el uso directo de baterías por parte del consumidor final [6], sugiere que el uso de baterías de litio solo continuara creciendo.
Pero este incremento también puede conllevar un riesgo, que es el de un fallo en la batería. Aunque son eventos poco frecuentes y avances científicos los hacen todavía mas escasos, las baterías de litio pueden fallar de múltiples maneras, desde no cumplir con la duración/número de ciclos de carga y descarga esperados, a exponer a un consumidor a compuestos tóxicos, a eventos de desbordamiento térmico que pueden a su vez resultar en incendios y la pérdida de propiedad y vida. Como ejemplo, en el 2023 más de 250 incendios en Nueva York, EEUU fueron asociados con bicicletas eléctricas y sus baterías de litio [7]. Incluso fallas “leves” (en las cuales la batería falla sin causar daño a sus alrededores) pueden ser catastróficas en ciertos casos, como la falla de un dispositivo medico en momentos críticos.
La capacidad de evaluar pilas y baterías de manera no destructiva a través de rayos X y de tomografías computadas (CTs) hacen a estas técnicas una gran herramienta para el análisis de averías.